domingo, 12 de junio de 2011

El Derecho de los Dientes

El Derecho de los Dientes

Praxedis G. Guerrero
Hoy muchos poetas recorren indignados el suelo patrio. Sin embargo, hay de poetas a poetas. Hoy recuerdo a un poeta que no ofrecia la otra mejilla sino que aprestaba el bridon. Recuerdo a un poeta que siguió bordando versos hasta el ultimo momento de su vida, tal vez usando a su misma sangre por tinta. Recuerdo a un poeta que despreciaba la sumisión y el dialogo con el tirano a menos que fuera a balazos. Recuerdo a un poeta, ya muerto, caído en 1910, en los primeros días de la Revolución, al que muy pocos mexicanos conocen: Praxedis G. Guerrero. Aviéntense el wikazo, que caray: http://es.wikipedia.org/wiki/Praxedis_G._Guerrero

En fin, creo que los escritos de Praxedis se aplican –tristemente—hoy…

Sobre los apáticos, los “muy respetuosos de las instituciones”, los bien portaditos…en “Pasividad y Rebeldia” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/14.html) el poeta escribe:

“Para evolucionar es preciso ser libre y no podemos tener libertad si no somos rebeldes, porque nunca tirano alguno ha respetado a los pueblos pasivos; jamás un rebaño de carneros se ha impuesto con la majestad de su número inofensivo, al lobo que bonitamente los devora sin cuidarse de otro derecho que el de sus dientes…”

Sobre las fiestas del centenario de la independencia en “Aniversario” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/19.html)...

“¿El sol del Centenario, quemará los lomos de un rebaño o besará la frente altiva de un pueblo?”

Respecto a los infelices jodidos que a cambio de una despensa le dan su voto al PRI en “Mendigo” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/15.html)...

“Mendigo: no es inclinando la cabeza y extendiendo la mano como podrás satisfacer tu cruel hambre de pan y tu ardorosa sed de justicia. Es irguiendo la frente y levantando el brazo, como lograrás tu objeto.”

Ante la falta de justicia, ante los desaparecidos y muertes impunes, Praxedis escribió en “Justicia” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/7.html)

“¡A nosotros los flagelados, los humillados, los vendidos, los proscriptos en nuestro mismo país, corresponde la vindicación de nuestro honor! ¡Guay de nosotros si el miedo detiene nuestro brazo! ¡Eterna maldición para el cobarde; para el que falto de patriotismo reniegue de un pasado glorioso! ¡Borremos del suelo patrio la palabra tiranía y coloquemos esta otra sobre la que descansa la única paz aceptable para los hombres: JUSTICIA!”

Acerca de la igualdad de la mujer, en “La Mujer” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/38.html) el poeta plasma, creo, líneas sublimes:

“Otro enemigo no menos terrible tiene la mujer: las costumbres establecidas; esas venerables costumbres de nuestros mayores, siempre rotas por el progreso y siempre anudadas de nuevo por el conservadurismo. La mujer no puede ser mujer, no puede amar cuando ama, no puede vivir como la libre compañera del hombre, porque las costumbres se oponen, porque una violación a ellas trae el desprecio y la befa, y el insulto y la maldición. La costumbre ha santificado su esclavitud, su eterna minoría de edad, y debe seguir siendo esclava y pupila por respeto a las costumbres, sin acordarse que costumbres sagradas de nuestros antepasados lo fueron el canibalismo, los sacrificios humanos en los altares del dios Huitzilopochtli, la quema de niños y de viudas, la horadación de las narices y los labios, la adoración de lagartos, de becerros y de elefantes. Costumbres santas de ayer son crímenes o pueriles necedades de hoy. ¿A qué, pues, tal respeto y acatamiento a las costumbres que impiden la emancipación de la mujer?...”

Y:

“La igualdad libertaria no trata de hacer hombre a la mujer; da las mismas oportunidades a las dos facciones de la especie humana para que ambas se desarrollen sin obstáculos, sirviéndose mutuamente de apoyo, sin arrebatarse derechos, sin estorbarse en el lugar que cada uno tiene en la naturaleza. Mujeres y hombres hemos de luchar por esta igualdad racional, armonizadora de la felicidad individual con la felicidad cdlectiva, porque sin ella habrá perpetuamente en el hogar la simiente de la tiranía, el retoño de la esclavitud y la desdicha social. Si la costumbre es un yugo, quebremos la costumbre por más sagrada que parezca; ofendiendo las costumbres, la civilización avanza. El que dirán es un freno; pero los frenos nunca han libertado pueblos, satisfecho hambres, ni redimido esclavitudes….”

¿Guerra sucia? Praxedis expresa lo siguiente en “Odio” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/12.html):

“El miasma que emponzoña no será nunca la nube incubadora de centellas…”

No es fácil deshacerse de este régimen podrido que le han impuesto a los mexicanos las oligarquías criollas y extranjeras y la apatía e ignorancia de los mismos mexicanos. En “Impaciencia” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/22.html), Praxedis aconseja:

“Que cada quien empuje los obstáculos que tiene delante de sí; que cada uno trabaje con toda su energía, y así, pronto, muy pronto estaremos todos listos y reunidos…”

En “Pensamientos” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/40.html) hay una perfecta descripción de los políticos PRIANistas:

“Los políticos oportunistas e hipócritas quienes quieren cubrir su cobardia y su interés egoísta con los encajes de una civilización que desconocen, haciendo alarde de sensiblería y de histerismo creen sentar plaza de hermanos; cuando en realidad se encuentran moralmente al nivel de tres animales inferiores: la hiena, el cocodrilo y el ratón; porque les gusta comer cadáveres, porque lloran y porque son el azote de los graneros públicos…”

¿Qué diría el poeta acerca de la enseñanza mediocre y la comida chatarra que la Chucky y el osito diabólico le imponen a la niñez mexicana? Pos en “Impulsemos la Enseñanza Racional” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/31.html) se lee:

“Que nuestros niños tengan el pan intelectual que vigoriza los cerebros y no la comida indigesta que los debilita…”

El poeta es inmisericorde aun con sus lectores en “¡Y sin embargo, sois pasivos!” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/18.html):

“Habéis visto muchas infamias, habéis digerido muchas vergüenzas, estáis contemplando ahora nuevos crímenes y aún veréis y padeceréis más y, sin embargo, sois pasivos…”

Respecto a la sumisión a EEUU, Praxedis escribe en “El Argumento de Filogonio” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/32.html):

"Los rebaños de borregos no imponen respeto a nadie, sólo Don Quijote pudo ver en ellos escuadrones de combatientes…Un pueblo pasivo es la esclavitud, es miel sobre hojuelas para los ambiciosos explotadores…Un pueblo revolucionario por su libertad y derecho, se hace temible a los conquistadores…”

Y usted, respetable lector, seguramente dira “que sapiente, que visionario era Praxedis…se aplica hoy…” Si esa es su única respuesta, amable lector, sepa que el poeta caído en Janos, Chihuahua el 30 de diciembre de 1910, lo maldeciría, le llamaría borrego, indigno del nombre de “mexicano”, retumbaría su queja desde ultratumba en todas las barrancas secas del bolsón de Mapimi.

Y es que el poeta nos acusa y nos interroga: “¿Que respondéis, mexicanos?”

¿Acaso los escritos del poeta serán leídos de aquí a cien años y nuestros descendientes también dirán que se aplica a sus tiempos? ¿Son letra muerta igual que su autor?

México, como nación, habrá muerto cuando los mexicanos desprecien a los poetas y a su vez se merezcan el desprecio de los poetas. Como concluye el mismo poeta en uno de sus últimos escritos “La muerte de los héroes” (http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/prax/47.html):

“…si las muertes de los heroes no conmueven la conciencia de los mexicanos, ¡yo negaré a ese pueblo hasta el desprecio de mi saliva!...”

FIN