jueves, 23 de agosto de 2007

Pensando en voz alta, la columna rota, rota



Tuve que viajar a México para arreglar algunos asuntos personales , el martes por la mañana arribe nuevamente a la Cd. de Oaxaca, la sensación fue de calma mucha calma, una calma que genera miedo, desconfianza, la idea no es que Oaxaca este en caos, no ,al contrario es grato llegar sin la zozobra de sentir miedo por el simple hecho de caminar por sus calles, la policía no se veía muy visible como el día que salí de este lugar, sin embargo algo no terminaba de checar en esa sensación que daba esa calma, algo así como un presagio de algo que no termina de estar bien, de algo sabes que va a suceder.
El miércoles estaba la invitación a la marcha póstuma que se daría por la muerte del segundo caído durante el conflicto del año pasado, arribe al lugar donde se había citado para arrancar la marcha, sorpresa la fuente de las sietes regiones llena de policías estatales, preventivos, y bancaria, los escopeteros como aprendí se les dice a quienes cargan las bombas antimotines y los cuales jugaron un papel importante en aquel recién 16 de julio, todos armados con chalecos, cascos, toletes. La sensación inmediatamente fue de precaución al llegar no había gente aun y me resguarde en una cocina económica frente al hospital Aurelio Valdivieso, lugar que ha visto pasar frente y dentro de su edificación heridos, dolor, lágrimas, suplicas.De inmediato la llamada a los compañeros de la prensa, -¿Donde estas? La respuesta -Ahh aun no llego pero te veo en media hora, uffffffffff media hora sola, cerca de la policía, media hora eterna donde esperaba en cualquier momento ver una cara conocida amiga, no la cara conocida de muchos de aquellos policías, finalmente decidí dejar mi resguardo y salir a realizar algunas tomas, con precaución me acerque frente a este monumento histórico y empecé las primeras tomas, la cara de ellos como la que siempre he captado de vacío, de burla, de intimidación. Frente a mí se pasea uno de ellos, un escopetero el cual al ver la cámara esconde el arma con la que disparan los gases, y durante ese momento me pregunte porque y para que, si como dice Ulises Ruiz cada vez que puede no pasa nada en Oaxaca, la intención real es demostrar lo contrario o la real es crear miedo entre la población para que no salgan a sus estúpidas marchas.
La gente empezó a llegar al lugar acompañada de una lluvia constante, provocada por Deán, ese Huracán que también le cayó a Felipe Calderón para usarlo de cortina de humo y que fuera la nota y no, su encuentro en Canadá con la situación de ASPAN, un huracán que pude lastimar mucho mas al país que los realizados por la madre tierra, los cuales sabemos son eso naturales no con la intención de lastimar al que menos tiene, como se ha visto en este gobierno que como se ve en Oaxaca, en cada lugar donde Felipe Calderón se presenta está lleno de uniformados (policías locales, militares, PFP. Etc.) los cuales tal parece son los que gobierna, el país.
El dolor llego acompañando a esta gente junto con la lluvia incesante, desde el momento en que llega la familia de Lorenzo, caía así literalmente la impotencia, la resignación del ya no poder hacer más que eso recordarle al gobierno estatal que tiene una deuda grande que no ha pagado.
La marcha inicia dando la espalda a estos aproximadamente 200 policías visibles, dejando atrás el miedo, y las sonrisas burlonas de esta gente uniformada.

Y entonces no detenemos justo donde cayó muerto por la espalda Lorenzo San Pablo Cervantes en aquel 22 de agosto del 2006, la viuda con su bebe en brazos, la lluvia en ese momento mas incesante, tal parecía que el clima ayuda a generar esta sensación de lamento, de pesadez, de nulidad ante el poder, ante el asesinato, los comentarios como regularmente se dan en estos casos emotivos, cánticos que duelen que llegan hasta aquel fuerte que evita dejar caer una lágrima, permitiéndole a la lluvia haga su trabajo mojando el rostro, los ojos, cánticos que generan orgullo por pertenecer a una tierra que a pesar de lo lastimada no se deja vencer.
Finalmente culmina esta manifestación contra la impunidad en la catedral de la Ciudad, con un tapete de aserrín de colores con un puño levantado donde se observan la siglas que tanto han dado la vuelta al mundo APPO, una paloma con las alas abiertas indicando libertad, a sus pies el nombre Lorenzo San Pablo Cervantes, y la mirada de un pequeño que solo recordara a su padre por las charlas de los demás, un mirada que finalmente le da respuesta a esa sensación de calma, la de la injusticia, la de la mentira que día a día se respira en Oaxaca, la bella Antequera.



YO TE NOMBRO LIBERTAD, CREANDO CONCIENCIA

VERONICA VILLALVAZO

FRIDA

Estamos listos para todo