miércoles, 30 de mayo de 2007

Del correo de la Frida

Estamos listos para todo
Mandar sus comunicaciones a

felipe.calderon@presidencia.gob.mx, frjramirez@segob.gob.mx, juansabines@chiapas.gob.mx, mherran@fge.chiapas.gob.mx, fiscaliachiapas@prodigy.net.mx, emilio.gamboa@congreso.gob.mx, screel@senado.gob.mx

Con copia: enlace.limeddh@gmail.com

AU- 010-2007 - CHIAPAS

ACCION URGENTE: Miembros del ejército federal secuestran, torturan y amenazan de muerte a joven indígena en Chiapas.

México, Distrito Federal a 29 de mayo de 2007.

Lic. Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República
Lic. Francisco Ramírez Acuña, Secretario de Gobernación
Lic. Juan José Sabines Guerrero, Gobernador del Estado de Chiapas
Lic. Mariano F. Herran Salvati, Fiscal General de Justicia del estado de Chiapas
Lic. José Luis Soberanes Fernández, Presidente de la CNDH
Actuaria. Eugenia del Carmen Diez Hidalgo, Unidad de Derechos Humanos SEGOB
Dip. Emilio Gamboa Patrón, Presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados
Sen. Santiago Creel Miranda,
Presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores
Santiago Cantón, Secretario Ejecutivo de la CIDH
Louise Arbour, Alta Comisionado de la ONU

La Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (LIMEDDH), el Comité de Derechos Humanos de las Huastecas y Sierra Oriental (CODHSSO), la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Victimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM-FEDEFAM), la Comisión Magisterial de Derechos Humanos (COMADH), el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (CEDAPHI), La Asociación Mexicana de Asesores en Derechos Humanos (AMADH), , la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), el Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS), con el respaldo de las organizaciones que abajo suscriben, con domicilio para recibir comunicaciones en Avenida Azcapotzalco No. 275, Colonia Clavería, Delegación Azcapotzalco, C.P. 02090, México, D. F., con número telefónico: 53990592 y Fax: 55991336, enlace.limeddh@gmail.com, solicita su intervención urgente ante los actos de hostigamientos, amenazas y posible confrontación por conflictos agrarios.

HECHOS

La Escuela Secundaria Técnica N° 36, ubicada en la cabecera municipal de Altamirano, Chiapas, tiene dentro de sus actividades educativas, la crianza de cerdos; para cuya alimentación mantiene un acuerdo con el cercano Cuartel Militar "11° C.I.N.E.", a dónde los alumnos de la secundaria acuden periódicamente para retirar los desperdicios de comida de su cocina.

El joven de 18 años Roberto Encino López, estudiante de dicha escuela, acudía al Cuartel Militar a realizar ésa actividad junto con sus demás compañeros. Sin embargo, en la mañana del 7 de mayo de 2007, fue interceptado a la entrada de la secundaria por un señor de nombre Domingo, que conduce el Taxi N° 015 y es conocido en Altamirano por ser hijo de un militar, quien le dijo: "sé que tú tienes una granada (explosiva) y que la andas vendiendo". Roberto contestó que no sabía nada de ello, pero el taxista insistió en que quería comprársela y que le pagaría por ella siete mil pesos. Ese mismo día fue abordado a las 18:00 horas en el parque central por dos hombres vestidos de civil, pero de apariencia y corte de pelo militar, quiénes le estuvieron haciendo muchas preguntas sobre su identidad, procedencia y actividades.

Poco después de las 20:00 horas, mientras caminaba en la calle con ocho amigos por el rumbo del campo del estadio, se acercó velozmente un coche negro y pequeño de modelo reciente, el cual casi atropelló al joven Roberto Encino deteniéndose frente a él. De inmediato bajaron del vehículo dos hombres de apariencia militar, vestidos de civil al igual que el chofer, llevándose por la fuerza a Roberto; quien todavía alcanzó a gritarle a sus compañeros pidiéndoles auxilio. De éstos, unos pudieron correr detrás del carro para ver hacia dónde se dirigía y otros dar aviso a la familia del secuestrado.

En el trayecto lo insultaron y amenazaron para que no gritara, llevándolo directamente al Cuartel Militar "11° C.I.N.E.". Lo bajaron del coche a golpes y lo encaminaron hacia un cuarto oscuro golpeándolo a rodillazos en su espalda. Ahí lo sentaron en una banca y mandaron llamar a un "Teniente Coronel", quién al poco rato llegó vestido de civil diciéndole a Roberto: "tú andas teniendo una granada, ¿verdad?". El joven lo negó, y su interrogador que era delgado, alto y fuerte, le dio una bofetada e insistió: "tú la tienes cabrón y la andas vendiendo, no te hagas pendejo, te hemos estado vigilando"; "ya te vimos que andas viajando a San Miguel Chiptik con otros dos, uno como de 30 años, y si le vendiste la granada a algún zapatista te va a cargar tu pinche madre". Roberto continuó diciendo que no sabía nada de ello y un soldado que se encontraba a un lado, éste sí uniformado, le dio una fuerte patada en el pecho. El presunto Teniente Coronel continúo diciéndole: "si no hablas con la verdad, ahorita de una vez te llevo al río para que veas si no hablas con la verdad, cabrón"; añadiendo en varias ocasiones: "te va a cargar la chingada"; y tocándose la pistola en la cintura le decía: "ésta te va a llevar".
Los insultos y las amenazas no cesaban, mientras otros soldados uniformados y de civil lo golpearon en la nuca, la cara y el estómago.

Durante este salvaje interrogatorio, le exigieron a Roberto que dijera qué otros compañeros suyos habían ido a recoger desperdicios el mismo día que él. Ante ello el joven asustado mencionó el nombre Jorge Luis Sántiz Sántiz.

En ése lapso se presentó a la entrada del Cuartel el señor Carlos Encino López, preguntando por su hermano menor Roberto; a quien sus amigos habían visto que fue trasladado ahí. Al principio los soldados de guardia lo negaron, pero ante la insistencia le permitieron entrar.

Lo recibió el presunto Teniente Coronel, quién le dijo: "tu hermano Roberto está aquí porque tiene una granada y la anda vendiendo"; permitiéndole entonces entrar al cuarto para que hablara con él tres minutos y lo convenciera de entregar el artefacto explosivo. Ambos hermanos platicaron y al mayor le quedó claro que eran falsas las acusaciones que hacían los militares.

Ésta conclusión fue comunicada al Teniente Coronel, quien entonces les dio 15 minutos para que fueran a traer al compañero de escuela que había mencionado Roberto, advirtiéndoles: "si no regresan en 15 minutos con él, ya saben lo que les va a pasar…". Ambos hermanos salieron del Cuartel a las 22:00 horas y fueron de inmediato a la casa de Jorge Luis Sántiz Sántiz, a quien convencieron de acompañarlos a la instalación militar, junto con su padre y su madre, para dar la cara ya que no tenían nada qué ocultar.

Al llegar al Cuartel los dos hermanos Encino López junto con Jorge Luís y sus padres, el Teniente Coronel los recibió a la entrada preguntándoles tranquilamente a los alumnos: "¿cuándo vinieron a recoger desperdicios, no encontraron por ahí un fierrito que se nos perdió?". Jorge Luís dijo que no; y que ya antes el cocinero del ejército le había preguntado lo mismo, ofreciéndole $7,000 si lo encontraba. Finalmente les permitieron retirarse a todos, pero advirtiéndole a los dos jóvenes que no podían salir del pueblo.

Al día siguiente el primo de los hermanos Encino López, de nombre Juan Encino y que por 9 años perteneció al ejército federal, se presentó en la casa de los primeros para decirle a Carlos que en el Cuartel querían hablar con él. Ambos se trasladaron a dicho lugar, donde el Teniente Coronel les indicó que siguieran interrogando a Roberto porque sabía que él tenía la granada que buscan. Carlos le explicó entonces que no era cierto, que ya había hablado mucho de ello con su hermanito y que éste ni siquiera ha visto cómo es una granada; agregando que mejor iría a buscar un abogado para que los asesorara. Ante ello el Teniente Coronel de inmediato se mostró muy enojado y alzando la voz en tono amenazante le contestó: "nada de llamar a licenciados ni abogados, cuidado con eso".

La familia de Roberto y Carlos decidió no denunciar nada debido al temor de la amenaza militar. Pero durante los siguientes días y hasta al menos el pasado lunes 21, su primo no ha dejado de presentarse en la casa de los primeros, entrando sin permiso a veces solo y otras acompañado de soldados que visten de civil, para hostigar a Roberto diciéndole que ya entregue la granada, que se evite más problemas, o que diga quién la tiene porque si no aparece la granada él irá a la cárcel. Ante el clima de terror que vive diariamente la familia Encino López, decidieron al fin dar aviso a la Mesa Directiva del Movimiento de Resistencia Popular del Sureste (MRPS–FNLS), organización a la cual pertenecen; formando ésta una comisión que se presentó en la Secundaria Técnica N°36 para hablar al respecto con su director, toda vez que los alumnos no llegan por su voluntad al Cuartel Militar a retirar los desperdicios, sino que lo hacen por ordenes de la escuela y ésta tiene un grado de responsabilidad en toda esta situación.

La comisión del MRPS–FNLS fue recibida por el coordinador de la secundaria, de nombre Gustavo García, quien informó que sí estaba enterada la escuela de ese problema pero no podían hacer nada; por lo que les recomendó mejor dirigirse a una institución de derechos humanos.

* Se aclara que las horas a las que sucedieron los hechos, corresponden al llamado "horario normal" que es el utilizado en los pueblos y comunidades del estado; es decir, una hora más temprano del "horario de verano".

Por lo anterior solicitamos

i. Que se garantice la integridad física y psicológica, las garantías al debido proceso y de seguridad jurídica Roberto Encino López

ii. La salida del ejército de las comunidades indígenas del estado de Chiapas.

iii. Que se informe oficialmente de las acciones tomadas por parte de las autoridades.

iv. El cese de las amenazas de violencia o de cualquier otra forma de intimidación que menoscabe su dignidad humana.

v. De manera general, conformar sus acciones a lo dispuesto por la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Pactos y Convenciones Internacionales sobre Derechos Humanos y referentes a la protección de los Defensores de Derechos Humanos ratificados por México.


ATENTAMENTE

Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, LIMEDDH
¡Una llama encendida por los derechos de los pueblos!

Adrián Ramírez López; Presidente de la Limeddh